El artículo de Francesc
Escribano está de plena actualidad y es de interés general. El autor se muestra
convincente con las demoledoras cifras de espectadores que siguen el fenómeno
y, sobre todo, con lo espeluznante de la deuda de los equipos españoles: ¡4000
millones! Solo faltaba que además de pagar las consecuencias del estallido de
la burbuja inmobiliaria y de la gestión de los políticos, la sociedad hubiera
de asumir también este despilfarro.
¿Pero cómo es posible que
se haya llegado a esta situación? ¿Cómo creer que en la crítica situación en la
que nos encontramos se siga pagando tanto dinero por derechos televisivos o
traspasos de jugadores? ¿Cómo es posible que la gente esté más pendiente de un
simple partido de fútbol que de la terrible coyuntura económica? Algunos
emperadores romanos ya tenían claro qué hacer para apaciguar a las masas: pan y
circo. Es decir, dadles de comer mínimamente y ofrecedles un espectáculo de
masas y tendrás una sociedad dócil y manejable. Sin embargo, todos sabemos cómo
acabó el imperio romano y dónde están ahora sus circos y anfiteatros.
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