El texto que vamos a comentar, “Urbanismo de género (y génera)”, de Arturo Pérez-Reverte, fue publicado en la revista XLSemanal el 6 de febrero de 2012. Seguidamente expondremos, por este orden, el resumen del texto, el análisis de su estructura y el tema del mismo. Empecemos, pues, por el resumen.
La introducción de la llamada perspectiva de género en cualquier normativa de regulación social, como por ejemplo en las políticas de diseño urbanístico de Andalucía, es bastante corriente en estos días de gestión pública nefasta. Sin embargo, en muchos casos resulta un absurdo, pues no se explica cómo se podría aplicar tal perspectiva a muchas de estas normas.
El texto está compuesto por cuatro párrafos de tamaño irregular, aunque la extensión del artículo original es mayor, ya que se nos ha omitido la primera parte del mismo. Teniendo en cuenta esto, dividiremos la estructura del texto en tres partes:
Una primera parte que ocupa los dos primeros párrafos, en los que Pérez-Reverte, dirigiéndose directamente al lector, introduce el ejemplo que le servirá para criticar el excesivo uso de la cuestión de género en las normativas promulgadas por las instituciones públicas, en este caso las de Andalucía. Se trata de un artículo de la Ley para la Igualdad de Género según la cual esta perspectiva se debe tener en cuenta en la política urbanística. Antes de la cita, el autor deja claro que no le gusta el artículo en cuestión, ya que lo califica como “perla australiana” y que está redactado “con dos cojones”. Además, la ley la enmarca en un contexto de corrupción política, que sería el tema secundario más importante del texto. Ello lo vemos en la expresión “trincar la pasta oficial” y en los adjetivos “idiotas” y “descaradas”.
La segunda parte la conforma el tercer párrafo. Pérez-Reverte se pregunta qué relación puede tener la perspectiva de género con la política urbanística e inicia una retahíla de preguntas retóricas que pretenden poner en evidencia hasta ridiculizar tal ley y, por extensión, el exceso de empeño de la administración en políticas de género. El uso de estas preguntas es una reducción al absurdo del artículo de la ley citado, ya que intenta demostrar que la aplicación de esta es del todo absurda. Por último, se advierte una gradación en las preguntas, que acaban con: “¿Que nos vayamos todos juntos y juntas a tomar por saco?”
El texto finaliza con un breve párrafo de oraciones cortas en el que se retoma la interpelación del autor al lector y que sirve únicamente para cerrar el artículo.
Como se ha mencionado, el autor utiliza un argumento de ejemplo, el del artículo de la Ley de Igualdad de Género, y la reducción al absurdo hecha mediante las preguntas retóricas del tercer párrafo.
La tesis que defiende el autor es que es absurdo aplicar criterios de género a normativas como la que se cita. Ello se deduce de las palabras del texto, especialmente en el tercer párrafo. Así pues, podemos decir que la tesis está implícita en el texto.
En cuanto al tema, el autor critica la introducción de criterios de género en normas de regulación social. Como quiera que el título del texto incluye el género, podemos decir que es parcialmente temático. Hay que señalar asimismo que el tono irónico que recorre todo el texto se avisa ya en el título con el paréntesis que añade el supuesto femenino de “género”: “génera”, que anuncia, por otro lado, qué posición tomará el autor.
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