La cohesión es la propiedad textual que permite establecer una red de relaciones entre los diferentes elementos lingüísticos que conforman el texto. Del texto de Pérez- Reverte, primero analizaremos la cohesión léxico-semántica o recurrencia y después la cohesión sintáctica o sustitución.
En cuanto a los recursos léxico-semánticos que contribuyen a la cohesión del texto, hay que señalar en primer lugar la repetición de algunas de las palabras más significativas: género, Andalucía (y su gentilicio andaluz), urbanismo (y palabras de su misma familia léxica urbanística y urbanas), oposiciones e ingeniero de montes.
Dado que en grueso del texto (el tercer párrafo) se cuestiona la aplicación de la ley al diseño urbano, aparecen en el texto palabras del campo semántico “espacios de la ciudad” (calles, acera, vía publica, plazas, pasos de cebra, parques). Por otro lado, en estas preguntas se utiliza el paralelismo sintáctico, ya que en ellas aparecen dobletes de palabras en masculino y femenino: los genéricos (hombre, mujer; masculino, femenino; niño, niña) y su equivalente pronominal (ellos, ellas), hipónimos de relaciones familiares (padres, madres; abuelos, abuelas), hipónimos del campo semántico “animales” (caballo, yegua; perros, perras), oficios -véase la intención burlesca del autor- que se ejercen en la calle (putas, chaperos; mendigos, mendigas; guardias, guardios), etc. Muy significativas son las creaciones léxicas del autor al servicio de la ridiculación pretendida: “guardios” y “flautos”, que se unen al “génera” del título.
También usa el autor proformas como “asunto” o “cosas” para mantener la referencia de, respectivamente, el artículo de la ley que le habían enviado, e ideas absurdas subvencionables.
En cuanto a la cohesión sintáctica, por su importancia en el texto analizaremos primero la deixis. Decimos que es fundamental porque el autor se hace explícito en todo el texto con el uso de verbos en 1ª persona del singular (estoy considerando, hallo, necesito, llevo) y del plural (tendremos que buscar, los escritores; vayamos, toda la sociedad), de pronombres personales (yo, me) y determinantes posesivos (mis). Además, lo hace dirigiéndose explícitamente al lector del texto en formas imperativas de cortesía: “déjenme”, “Ilústrenme”, “recuerden”, formas que aparecen, como ya se ha comentado, al principio y al final del texto.
En cuanto a la deixis temporal, aparece un adverbio de tiempo: ahora. Por otro lado, predomina el uso del presente de indicativo, utilizado con uso actual y también con uso intemporal. Por otro lado, las preguntas retóricas que articulan el tercer párrafo se hacen a través de proposiciones subordinadas de gerundio que dependerían de una oración principal “se hace...”. Un segundo grupo de preguntas se encabezan por la conjunción que + subjuntivo y dependerían del verbo “procurando”.
En cuanto a los usos anafóricos, destaca el uso del adverbio “allí” refiriéndose a Andalucía; así como los pronombres personales le y les; los pronombres neutros demostrativos (eso ) y personales (lo y ello) que sustituyen a la aplicación de criterios de género.
Para acabar, comentaremos los conectores. En el texto no aparecen conectores textuales que contribuyan a la organización del mismo. Sin embargo, el autor se vale de dos recursos que se han comentado anteriormente: el uso de la interpelación al lector para arrancar (“Déjenme que les cuente la última”) y para finalizar (“Ilústrenme”), y el uso del paralelismo sintáctico en las preguntas retóricas del tercer párrafo.
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